Las chanclas son un calzado fresco y cómodo que todos utilizamos durante el verano, pero el uso excesivo puede desencadenar en distintas dolencias de nuestros pies.
¿Cómo nos afecta el uso excesivo de chanclas?
Las chanclas provocan un aplanamiento progresivo del arco del pie, debido a que su forma completamente plana no sujeta nuestro arco longitudinal ni da estabilidad a la zona del tobillo.
Ésto provoca que la musculatura plantar se vaya elongando y se le someta a un estrés por mantener ésta tracción de forma contínua.
Como se trata de un calzado muy plano, el peso corporal no se reparte de forma adecuada a lo largo de la planta del pie y provoca una mayor tensión en la parte posterior de la pierna por excesiva tensión en la cadena posterior (tríceps sural y fascia plantar).
La carga maladaptada en la musculatura intrínseca del pie o el tendón de Aquiles, a la larga, desencadena la fascitis plantar.
Si la tensión de la carga es constante y excesiva en la musculatura de la pierna o el pie, terminará provocando inflamación, impotencia funcional y dolor al andar e incluso en reposo.
Durante el resto del año, tampoco son recomendables los cambios bruscos entre calzado de deporte y tacón alto, ya que estos cambios generan maladaptaciones que debilitan el tendón de Aquiles.
¿Cómo elegir un buen calzado?
Para escoger el tipo de calzado adecuado para el verano debemos tener en cuenta algunos aspectos:
Que la parte del talón del pie tenga un poco de altura y que tenga flexibilidad en esa parte.
Material del calzado de fácil transpiración.
Con cierre en la parte del tobillo, que recoja el talón y el ante pié y nos proporcione estabilidad.
Es importante cuidar esta región de nuestro cuerpo ya que soporta todo nuestro peso a lo largo del día. Para más información sobre fascitis o dolores derivados del uso excesivo de chanclas, pide cita en este enlace.
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